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Ante los graves problemas ambientales, sociales y de salud que se están dando en los últimos tiempos en nuestra sociedad industrializada, cada vez son más las personas que optan por llevar una vida más sostenible.
Esto se basa en una alimentación sana con productos de agricultura ecológica y en adquirir hábitos de vida saludable como el descanso, pasar tiempo en contacto con la naturaleza y el ejercicio. Esta nueva filosofía de vida también pasa por un cambio de mentalidad y de valores que nos hará salir del individualismo, dando más importancia al bienestar de la comunidad y a la protección del medio ambiente.
La salud no es solo ausencia de enfermedad, es más que eso. La Organización Mundial de la Salud la definió hace algunos años como completo estado de bienestar físico, mental y social y ello se logra mediante la adquisición de conductas positivas. Los malos hábitos alimentarios, el sedentarismo y la exposición a radiaciones y contaminantes han provocado un empeoramiento general de la salud en la población mundial. Como respuesta a esta situación, han surgido movimientos que promueven hábitos de vida saludable, que se entienden como aquellas acciones realizadas por un sujeto, que influyen en la probabilidad de tener consecuencias físicas, que repercuten en el bienestar físico, psicológico o social (McAlisterm 1981).
Algo que cada vez está más claro es que la salud humana está estrechamente ligada a la salud ambiental del planeta. Por ello, todas las acciones encaminadas a mejorar la salud humana van a beneficiar la salud del planeta y viceversa. Por ejemplo, si reducimos la contaminación atmosférica respiraremos un aire más limpio, lo cual va beneficiar nuestra salud. Otro ejemplo es incrementar los cultivos de agricultura ecológica, que no solo nos proporcionarán alimentos más sanos sino que también evitarán el deterioro ambiental.
Así nace una filosofía de vida ecológica y sostenible que engloba numerosos aspectos que a continuación vamos a desglosar.
Alimentación sana
Los seres humanos fuimos originariamente recolectores y desarrollamos mecanismos de absorción de alimentos de acuerdo a este estilo de vida. Durante miles de años consumíamos plantas y animales en su estado natural y ello nos mantenía saludables. Después llegó la agricultura y, aunque a través de ella fuimos capaces de modificar el entorno para producir alimentos, esto se realizaba de una forma sostenible. El problema llegó con la industrialización de la agricultura, lo que provocó que los alimentos cambiaran sustancialmente.
La introducción de diversos químicos y la modificación genética de muchas plantas han permitido la producción de alimentos masivamente pero en detrimento de nuestra salud. Además, cada vez comemos más alimentos procesados que contienen componentes artificiales como conservantes, saborizantes y azúcares.
Muchos de estos componentes son tóxicos y peligrosos para nuestra salud. Nuestros cuerpos no se han podido adaptar tan rápido a la estructura y composición de estos nuevos alimentos y por ello han surgido enfermedades nuevas.
Pero además la introducción de la maquinaria en la agricultura industrial ha reemplazado al agricultor causando muchos problemas de desarraigo y pobreza.
Con el tiempo, la mayoría de las personas dejaron de producir los alimentos que consumían, rompiéndose así la relación con la tierra que los seres humanos tenían. El éxodo masivo a la ciudad ha provocado también la pérdida del sentido de comunidad y el desarrollo del individualismo.
La agricultura industrial ha promovido el monocultivo, lo que es sinónimo de plagas, deterioro de suelos, contaminación ambiental y pérdida de biodiversidad, resultando ser una gran amenaza para el medio ambiente. Los seres humanos, como consumidores finales, estamos introduciendo en nuestro organismo alimentos cuya concentración de tóxicos está multiplicada. Estos venenos se acumulan en nuestros tejidos causando graves daños.
La agricultura ecológica surge como una alternativa a este tipo de agricultura intensiva e industrial. Consiste en producir alimentos libres de pesticidas y respetando el medio ambiente. En realidad se trata de volver a la agricultura que practicaban nuestros ancestros y recuperar la relación de respeto con la tierra.
Entre las ventajas de consumir alimentos ecológicos están las siguientes:
- Mayor valor nutricional tienen más cantidad de nutrientes que los convencionales.
- Menor precio: los alimentos ecológicos son más baratos que los convencionales si los adquieres a través de un grupo de consumo o comprándolos directamente a los agricultores. Otra alternativa es montar tu huerto urbano en casa.
- Beneficio para tu salud: al no contener pesticidas y otros productos químicos, estás evitando los riesgos que ellos conllevan.
- Mayor seguridad y calidad: si consumes productos ecológicos locales de los que conoces su procedencia, sabrás que son seguros. Además, la calidad será mayor que aquellos que proceden de la agricultura convencional y vienen de lejos.
- Favorece la economía local: si compras productos ecológicos y locales estás ayudando a los productores de la zona y contribuyendo a la economía local.
- Protección del medio ambiente: reemplazando monocultivos por cultivos de diversas especies protegemos la biodiversidad y evitamos plagas que requerirán el uso de pesticidas.
Algunos consejos para comer sano son:
- Evita la comida procesada y trata de cocinar con ingredientes naturales.
- Sigue una dieta rica y variada, con abundantes proteínas, vitaminas y minerales.
- Consume muchas verduras frescas y no cocines en exceso los alimentos.
- Incorpora alimentos con propiedades medicinales y evita fármacos artificiales.
- Elimina los azúcares refinados que, además de ser muy adictivos, son muy perjudiciales para el organismo. Utiliza alternativas como miel, panela, estevia y xilitol.
- Reduce el consumo de carne y come solo la orgánica. La carne convencional está llena de hormonas, antibióticos y otros químicos perjudiciales para la salud. Además, la producción de carne es una de las industrias más contaminantes.
- No consumas sustancias nocivas como tabaco, alcohol y drogas.
Cosmética natural
Cada vez hay más personas que recurren a la cosmética natural, en parte por el aumento de los problemas de piel e intolerancias a ciertos químicos, pero también por conciencia ambiental y consumo responsable. No solo nos referimos a cremas y maquillaje, sino también a productos de higiene como dentífricos, geles, champús y suavizantes.
Es importante tener en cuenta que un cosmético natural ha de estar elaborado con ingredientes de origen vegetal y solo puede contener conservantes suaves.
No puede contener productos derivados del petróleo ni aceites sintéticos. Por último, no debe haber sido testado en animales.
A continuación vamos a mencionar algunas de las ventajas de consumir cosméticos naturales para nuestra salud:
- Evitamos químicos: es un gran error pensar que porque estos productos se usan a nivel externo no van a afectar a nuestro organismo. La piel es un órgano con gran capacidad de absorción y a través de ella estas sustancias entran al torrente sanguíneo. Con la cosmética natural evitamos la introducción de productos tóxicos en nuestro organismo.
- Regenera y protege la piel: se debe a que son productos que se asemejan a los componentes de nuestra epidermis.
- No provocan reacciones alérgicas y efectos secundarios, pues no contienen conservantes y colorantes de síntesis.
- Sus ingredientes proceden de la agricultura ecológica, por lo que son plantas producidas sin pesticidas. – Recomendable su uso para pieles sensibles, ya que son menos agresivos que los cosméticos convencionales.
Cada vez es más fácil encontrar en el mercado productos de cosmética natural y aunque su precio suele ser superior al de los convencionales, sus beneficios justifican el gasto. Una alternativa es fabricar tus propios cosméticos naturales a nivel casero. Combinando aceites esenciales con aceites vegetales obtendrás algunos cosméticos naturales fácilmente.
Busca recetas y experimenta, puede convertirse en tu nuevo hobby y además tendrás la tranquilidad de que el producto que usas es seguro.
Otros hábitos de vida saludable
- Ejercicio físico: no sólo te ayudará a mejorar tu salud física, sino también tu salud emocional. El sedentarismo y el estrés ocasionan multitud de problemas de salud y el deporte es una buena manera de combatirlos.
- Respiraciones profundas: el aire que introducimos en nuestro organismo es tan importante como el alimento. La respiración superficial es tremendamente dañina y está asociada con la ansiedad. Las respiraciones profundas nos ayudarán a oxigenar la sangre pero también a alcanzar niveles de relajación adecuados.
- Yoga y meditación: son disciplinas que nos ayudarán a aquietar la mente y manejar mejor nuestras emociones, lo que en definitiva tendrá un efecto positivo en nuestra salud física.
- Masajes: hay de todo tipo y para cualquier clase de dolencia. Sus beneficios son enormes pues activan el correcto funcionamiento de determinados órganos, disminuyen el estrés y ayudan a recuperar la energía vital. Muy recomendados para los problemas de espalda que sufren personas que pasan muchas horas sentadas, como los trabajadores de oficinas y los estudiantes.
- Descanso adecuado: dormir el número de horas necesario, acostarse antes de las 10 de la noche y evitar la radiación de las pantallas de ordenadores antes de ir a la cama nos ayudará a conseguir este objetivo. Está comprobado que el descanso tiene una gran repercusión en nuestra salud.
- Pasar tiempo al aire libre: es una de las cosas más beneficiosas que puedes practicar si quieres para mejorar tu bienestar. La vida de la ciudad nos ha hecho perder el contacto con la naturaleza, tan necesario y sanador. Realizar actividades que te permitan pasar tiempo al aire libre, como el senderismo, la observación de aves o la jardinería, te harán sentir mejor contigo mismo y con tu entorno. También viajar a otros lugares te ayudará a salir de la rutina y probar cosas nuevas, expandiendo tu mente y ayudándote a conocerte más a ti mismo.
- Mejorar la autoestima: cada vez hay más estudios que demuestran que la autoestima influye directamente en nuestra salud. Cultiva tu autoestima haciendo cosas que te gustan, tratándote con amor y rodeándote de personas positivas.
- Actividad social: es muy importante tener una vida social enriquecedora que nos permita desarrollarnos como personas y cubrir nuestra necesidad de afecto. Si nos rodeamos de personas afines a nosotros, que tengan actitud positiva en la vida y con las que podamos compartir nuestros hobbies, saldremos ganando. Es importante evitar relaciones dañinas y destructivas. Para todos aquellos con dificultades en este ámbito, hay numerosas terapias a las que recurrir.
Practicar la ecología cotidiana
La Tierra es nuestro hogar y debemos cuidarla si queremos asegurarnos nuestra supervivencia como especie. Pero además la salud de nuestro planeta repercute directamente en la salud humana. Llevar una vida sostenible implica adquirir hábitos en nuestra vida cotidiana que contribuyan a la protección del medio ambiente. A continuación te damos algunos consejos que te ayudarán a lograr este objetivo:
- Reduce el uso de combustibles fósiles: el uso de combustibles fósiles libera gases de efecto invernadero a la atmósfera, contribuyendo al cambio climático. Para reducir su uso disminuye el consumo energético en casa, utiliza el transporte público o comparte coche y compra productos locales.
- Ahorra agua: evita el derroche de agua duchándote en lugar de bañarte, poniendo botellas llenas en la cisterna o utilizando el lavavajillas.
- Usa detergentes y productos de limpieza ecológicos: estos productos salen por el desagüe y van a parar a los ríos y mares. Por eso si utilizas productos llenos de químicos estás contribuyendo a la contaminación acuática.
- Sigue las tres R: reduce tu consumo, reutiliza todo lo que puedas y recicla tu basura. De esta manera estarás generando menos residuos y contaminando menos.
- Consume de forma responsable: infórmate sobre lo que compras, si contiene transgénicos, si se han utilizado pesticidas, si hay ingredientes peligrosos para la salud, si viene de lejos, si en su producción se ha explotado a personas, etc. Elige productos sanos, ecológicos, locales y de comercio justo.
- Participa en actividades ambientales: únete a algún grupo que proteja el medio ambiente de tu localidad y participa en actividades como plantación de árboles, recogida de basura, protección de fauna, concienciación ambiental, etc.
Esperamos que hayamos orientado e inspirado a todos aquellos que quieran embarcarse en este cambio de conciencia planetaria. Recuerda que el cambio empieza por uno mismo y que cuantos más seamos los que emprendamos este reto, mayor será el reflejo a nivel externo. Tu salud y la del planeta te lo agradecerán.
Créditos imágenes: TGTGTG, DarZel, mythja, Sunny studio, Soloviova Liudmyla, P. Chinnapong, Lucky Business